miércoles, 16 de septiembre de 2015

SEMANA 2 LAS NEGOCIACIONES

Hay que aprender a manejar los conflictos en todo el ambiente que nos desenvolvamos, ya que se encuentra siempre presente en todas nuestras actividades del diario vivir estos tiene un fuerza positiva que debemos canalizar de forma orientada y administrada, con el fin de que nos ayude a desempeñar en los equipos de trabajo si tenemos conflictos de gran intensidad pueden  ser sumamente destructivos, generar pasiones y violencias e incluso destruir la empresa donde trabajamos.
La negociación es una herramienta importante para lograr lo que queremos de otras personas, sobre todo cuando no se tiene interés en común. Siempre que negociamos buscamos algo que no siempre es satisfactoria ya que ambas parte deseamos ganar. Pero no todo en la vida es ganar a veces tenemos que aprender a perder, y saber salir con la frente en alto.
La mayoría de los conflictos surgen porque alguien atenta contra nuestra autoestima. El enfado tiene ese destino, lastimar o maltratar la autoestima del otro reivindicando la propia, o a la inversa, nos enfadamos como escudo protector frente a alguien que se  ha atrevido a dañar la nuestra. Sea como fuera el enfado activa un dispositivo nefasto para la resolución de un conflicto: se encastilla en el pasado y busca culpables en vez de ver el horizonte y vislumbrar soluciones.
El Estilo de Negociación: para saber cómo debemos afrontar una negociación, tenemos que decidir hasta qué punto nos interesan los resultados y hasta qué punto nos interesa mantener una buena relación con la otra parte una vez finalizado el proceso. Estos son los varios estilos de negociación que podemos aplicar para obtener mejores resultados dentro de nuestra negociación:

 Estilo Competitivo: se utiliza cuando el resultado es claramente más importante que la relación, y sobre todo cuando lo que se está negociando es cómo distribuir una cierta cantidad de bienes. Son negociaciones en las que uno gana y el otro pierde.

 Estilo Colaborativo: es habitual cuando la relación y los resultados son igual de importantes y existe la posibilidad de que ambas partes salgan ganando.

 Estilo Acomodativo: si nos importa más mantener una buena relación en el futuro que conseguir unos objetivos a corto plazo puede ser preferible dejar ganar a la otra parte y recoger los frutos de esa inversión más adelante.

 Estilo de Compromiso: cuando se establece de mutuo acuerdo un pacto rápido y equilibrado. Se diferencia del estilo colaborativo en que no se intenta aumentar al máximo los beneficios para ambas partes, sino tan sólo repartir de manera equitativa los recursos.

 Estilo Evitativo: en ocasiones no conviene negociar. Son casos en los que no tenemos posibilidad alguna de conseguir nuestros objetivos, ni interés en que la otra parte consiga todos los suyos.

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